Una cadena perpetua... no tan perpetua

Otro caso: le cortó el pene a su marido. Catherine Kieu también drogó y ató a la cama a la víctima. Tendrá la posibilidad de salir en libertad condicional después de cumplir solamente siete años de cárcel


Un tribunal del estado de California (EEUU) ha condenado a cadena perpetua a una mujer que le cortó el pene a su ex marido y después lo tiró al cubo de la basura, informan hoy medios locales.

La sentencia dictada el viernes por la noche por el tribunal de Orange County sentencia a perpetuidad a Catherine Kieu, de 50 años, por un delito de mutilación grave y tortura, pero establece la posibilidad de que la mujer salga de prisión en libertad condicional después de siete años.

Los hechos sucedieron en julio de 2011, cuando la pareja se encontraba en trámites de divorcio, que se formalizó un mes después.

Según la fiscalía, Kieu drogó a su ex marido con fármacos y lo ató a la cama; después le cortó el pene con un cuchillo y lo tiró al cubo de la basura de la cocina.

Los abogados de Kieu alegaron que la mujer sufrió abusos sexuales de niña en su país de origen, Vietnam, y también por parte de su ex esposo, de 60 años y cuya identidad no ha sido revelada.

Los defensores de la víctima, de 60 años, aseguraron que la agresión le había hecho perder parte de su vida y de su identidad.

Cuando la policía le preguntó por qué lo había hecho, Kieu respondió que el hombre se había llevado su merecido, según Los Angeles Times.

Fuente: EFE
Visto en america.infobae.com

Blog recomendado

Una bitácora hecha también por hombres y mujeres, en donde suben y escriben publicaciones relacionadas a la dominación o el "ballbusting".
Aún no he terminado de leer todas las entradas, pero la que sigue a continuación me gustó mucho. Enjoy!


       En la guerra de los sexos, en el combate físico macho-hembra...

La desventaja del hombre, del macho, es que no tiene la preparación psicológica para enfrentar físicamente en una contienda a una mujer, a una hembra débil y frágil. Al macho se le prohíbe desde niño tocar a la débil hembra. El macho ve a la hembra físicamente inferior y por ello va sin cautela a su encuentro. Se siente poderoso, lleno de músculos e imbatible ante ella. La mujer evalúa las fortalezas y debilidades del varón y no siente piedad con el macho para combatirlo, su objetivo siempre será causarle el mayor daño posible sin importar qué tan vulnerables sean algunas de sus partes anatómicas. La hembra utiliza todas sus armas y tretas, incluso sexuales para derrotarlo. La hembra conoce las urgencias de un varón y sabe cómo ponerle la pieza dura al macho para distraerlo. El varón difícilmente toma en serio la lucha contra la hembra hasta que es demasiado tarde. El siempre cachondo macho cae fácilmente en los engaños y en las manos de la hembra. El exceso de confianza del macho en su fuerza y virilidad, además de llevar al campo de batalla un par de colgantes y desprotegidos testículos, frágiles y visualmente expuestos fuera de su cuerpo, son las causas de su derrota. En una pelea hombre-hombre, atacar las partes nobles es deshonroso. A la hembra nunca se le enseñó a tratar al hombre o a sus bolas con suavidad. La hembra aprovecha esa desventaja anatómica del varón y no muestra compasión por dañar las preciadas joyas que el macho descuidadamente carga en la delgada bolsa de pelos entre sus muslos. Ella ataca sin dudar esa zona débil con ferocidad. La rabia y frustración de la hembra contra el macho son descargadas en sus indefensas criadillas. El macho no puede soportar el dolor que le producen las lesiones en sus vulnerados testículos y es incapaz de ponerse en pie y continuar el combate. El orgulloso y poderoso macho ha perdido el encuentro y cae rendido y humillado ante la hembra.

Y en el ámbito sexual, el poder de la hembra es avasallador sobre el macho. El hombre se cree superior por tener un pene que se levanta tiezo y poderoso como una espada que va al combate. El macho desenvaina la cabeza de su pene y va ansioso, corajudo y dominante para someter a la hembra. En el primer asalto, la vagina caliente y húmeda de la hembra espera cautelosa y paciente atrayendo con sus dulces jugos al incauto mazo robusto del varón en una sabrosa emboscada. Dentro de la jugosa caverna, luego de varios minutos de implacables jadeos y violenta lucha, la vagina consigue abatir al duro miembro viril del macho, haciéndole derramar sus jugos vitales y su energía. La caliente vagina se estrecha y estruja el miembro del macho con cada contracción, extrayendo hasta la última gota de su néctar. La poderosa verg@ cae como gladiador que ha recibido la herida mortal, reducido a una débil y flácida tripa, blanda, adolorida y moribunda. Con cada eyaculación el macho sufre un gran desgaste de energía y fluidos; la hembra le produjo un gran desgaste físico, un desgaste que él mismo entrega. La vagina espera por más, pero el pene del macho es incapaz de volverse a levantar para el segundo asalto. La hembra se siente más caliente y ansiosa que al inicio del combate y ardiente desea más de su poderoso macho, pero el macho exhausto es incapaz de continuar y cae ante ella rendido e impotente en el campo de batalla, abatido y humillado por su agotada verg@. El antes poderoso miembro viril ha vuelto a traicionar al macho; la hembra lo ha vencido. No importa cuántas veces se repita el combate, el final siempre es el mismo. Después de un largo letargo, la verg@ se recupera lentamente de su languidez y postración y el macho vuelve a acechar a su hembra, sólo para terminar nuevamente abatido, exhausto y humillado con el rabo escurrido caído entre sus piernas.

Hombres, a ejercitar la lengua entonces!

Los penes del mundo se achicaron 2,3 centímetros en la última década y anuncian que en el futuro será peor


En el estudio, midieron el miembro viril de 20 mil británicos. ¿Las conclusiones? nefastas. Según el informe, el tamaño medio del pene en erección se ha reducido 2.3 centímetros en la última década, pasando de 15.24 a 12.95 centímetros en promedio.
Los científicos advirtieron que la tendencia se profundizará en las próximas generaciones, sin importar el perfil demográfico de cada persona.

Los autores de la investigación aseguran que la disminución del tamaño del pene se debe a enfermedades relacionadas con alteraciones en el sistema endocrino. Estas afectaciones serían provocadas por el consumo de alimentos y agua que han entrado en contacto con diversos pesticidas y fertilizantes. Las ondas magnéticas también podrían ser causantes del achicamiento.

Quienes menos sufrirían con los cambios serían los países que cuentan con los penes más grandes del mundo; estos son Ecuador, 17.77 centímetros en erección, y Ghana, con 17.33 centímetros. Los más preocupados son los norcoreanos, quienes apenas alcanzan los 9.66 centímetros de pene en promedio.

theclinic.cl

Hay hombres que desbordan imbecilidad

Se corta el pene y lo tira al water porque estaba harto de discutir con su mujer

 

Un hombre de 46 años, harto de las contínuas discusiones con su mujer, se cortó el pene y lo tiró al inodoro como medida de protesta. En el momento de hacerlo estaba borracho.


Un taiwanés de 46 años, harto de las contínuas peleas con su chica (bueno, y porque estaba algo borracho) decidió cortar por lo sano, nunca mejor dicho, y se cortó el pene con unas tijeras de cocina y lo tiró a la taza del water como protesta.

Los hechos ocurrieron en la ciudad de Keelung, un suburbio costero de Taiwán.
La mujer llegó a casa, se encontró a su marido borracho y se pusieron a discutir por enésima vez por ese motivo.
Fue la misma mujer la que llevó a su amputado marido al hospital donde los médicos sólo pudieron reconstruir lo que quedaba del miembro (3 centímetros) para que el hombre no tuviera problemas para orinar.

Fuente: Taringa, noticia del mes pasado.

El dulce sabor de la venganza


Hay dos mujeres en la vida de Marek Olszewski: la dentista que le arrancó todos los dientes de la boca, y la que lo dejó porque no podía estar con un desdentado. La primera se llama Anyna Mackiowak y era su novia hasta que él puso fin a la relación para estar con la segunda.

Y todo había seguido el curso de una ruptura normal hasta que a Marek, de Wroclaw (Polonia), empezó a dolerle una muela. No debió encontrar mejor dentista que la mujer que acababa de dejar y acudió a ella. Y vivió en primera persona la pesadilla de perder, de golpe, la dentadura al completo.

Todo iba bien hasta que Anna, de 34 años, tumbó a Marek, de 45, en la camilla. "Intenté ser profesional y separar mis emociones de todo el asunto", ha confesado. "Pero cuando lo vi ahí tumbado solo podía pensar: menudo bastardo". Y, ni corta ni perezosa, le inyectó una buena dosis de anestesia y procedió a arrancarle todos los dientes de la boca, uno por uno. Luego lo vendó para que no notara la diferencia y esperó a que se despertara.

"Sabía que algo olía a chamusquina porque cuando me desperté no sentía los dientes y tenía la mandíbula llena de vendajes", recuerda Marek. "Me dijo que tenía la boca anestesiada y que no iba a sentir nada por un rato. Me dijo que las vendas eran para proteger las encías y que me convenía ir a ver a un especialista. No tenía motivos para sospechar de ella. Pensaba que era una profesional".

Pero se equivocó. Y mucho.

"Para cuando llegué a casa y me miré en el espejo no daba p$%@ crédito. Esa zorr@ me había vaciado la boca", ha añadido. Y ése no era más que el principio de sus males: "Mi nueva novia me ha dejado porque dice que no puede estar con alguien que no tenga dientes. Y voy a tener que pagar una fortuna por una dentadura o algo así".

A Anna le pueden caer tres años de cárcel por su despecho. Está siendo investigada por mala práctica y por abusar de la confianza de un paciente. El objetivo de su venganza, eso sí, lo ha cumplido.

Fuente: Yahoo